Cómo opera el abuso laboral en la Unión Mexicana del Norte – Parte 1
Aun no se acababa el año 2023 y la administración de la Unión Mexicana del Norte junto con otras administraciones de diferentes campos locales de su territorio, siguen mostrando prácticas contrarias a los Reglamentos establecidos por la Iglesia Adventista del Séptimo Día y a las Leyes laborales que rigen a las Asociaciones Religiosas de México.
Es conocido, entre algunos de nuestros seguidores, la situación de acoso laboral sistemático que la Unión Mexicana del Norte y la Asociación del Noreste han realizado durante la presente administración a un grupo de pastores, incluido al pastor Francisco Soto, quien está en proceso en los juzgados laborales, ya que las administraciones de ambas instituciones adventistas, asesoradas por firmas de abogados que no son adventistas, no quisieron conciliar con el firme propósito de no otorgarle los derechos que le corresponden al pastor Soto.
El Reglamento Operativo de la División Interamericana de la Asociación General, que aplica a todas sus Instituciones, establece parámetros que deben cumplirse en la relación empleado-organización de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Éste manual de más de ochocientas páginas, en su sección “CA Llamados y traslados de empleados”, establece de manera clara, que el pastor debe ser consultado y contar con su visto bueno antes de continuar con el proceso de llamado o traslado (en ninguna parte de este Reglamento aparece la tan usada práctica de asignación, que consiste en reubicar al pastor a otro distrito, asociación/misión o unión sin su consentimiento y que el pastor debe acatar o es despedido), para después tomar el voto en las Juntas Directivas de la Asociaciones involucradas y pasar el llamado vía Unión.
Sin duda, uno de los propósitos de esta política de consultar al pastor si acepta el traslado, es la de salvaguardar la salud física, mental y espiritual de la familia pastoral, así como para cuidar de los intereses y los planes a corto, mediano y largo plazo de la Iglesia o distrito local. Pero el debido proceso de consulta es ignorado por los administradores, procedente de políticas inventadas contrarias a los reglamentos.
Éste proceso, el de tomar en cuenta al pastor en la decisión de su traslado, se ha omitido reiteradamente en los últimos años derivado de las políticas de mano dura de la Administración de la Unión Mexicana del Norte compuesta por Luis Arturo King (presidente), Osvaldo Arrieta y Carlos Flores y seguida al pie de la letra por las administraciones de las diferentes Asociaciones y Misiones de dicha Unión so pena de no ser reelegidos en la siguiente sesión de constituyentes y/o no ser colocados como administradores o departamentales en otro campo, ya sea relevando a otro administrador que por jubilación, llamado a otro campo o ascenso, ha dejado el cargo vacante.
Cabe resaltar, que los administradores de dicha Unión, tienen décadas de ser pastores de oficina, la experiencia de King y Arrieta en el distrito e iglesia local ha sido mínima, ya que llevan más de tres y dos décadas respectivamente, ocupando oficinas de Asociación y Unión.
Algunas de las irregularidades que se presentaron en el mes de diciembre tienen que ver con la asignación de pastores en diferentes campos de la Unión Mexicana del Norte. Ejemplo de esto, es la asignación, sin el consentimiento de los pastores Benjamín Ramírez y José Alberto Beltrán de la Asociación del Noreste con sede en Monterrey, Nuevo León a la Asociación de Baja California con sede en Tecate, Baja California y a la Asociación de Sonora con sede en Hermosillo, Sonora; lugares ubicados a más de 1500 kilómetros de distancia del lugar donde ellos laboraban, y a la serie de asignaciones que se derivó de esta acción para así satisfacer los intereses particulares de las administraciones de las dos instituciones.
La reubicación de Ramírez y Beltrán a otro campo y su despedida oficial en la cena de fin de año de la Asociación del Noreste, fue realizada incluso antes de la toma del voto de la Juntas Directivas de esas Asociaciones, lo que muestra el grado de control, manipulación y falta de respeto a las juntas directivas por parte de las administraciones de la Unión y de las respectivas asociaciones.
El lector se preguntará ¿a qué obedecen esos dos cambios si ambos pastores estaban realizando bien su trabajo en sus distritos? De hecho, el Pr. Benjamín Ramírez ya contaba con fecha de ordenación al ministerio, pero la ceremonia fue suspendida sin razón alguna por parte de la administración del Noreste.
La Unión a tratado por años, de “limpiar” y hacer un lado a los pastores de experiencia que no son afines a los intereses políticos de la Unión, solo en el último año y medio han salido más de 10 pastores de esa Asociación, y en la mayoría de los casos también, en algún momento, tuvieron un desacuerdo o roce con el presidente del Noreste. Varios casos reflejan esta conducta repetitiva:
- A pesar de contar con pastores de probada experiencia, pusieron a un pastor incondicional a la administración en la Iglesia Universitaria, de donde había sido sacado Francisco Soto. También en su momento, sacaron primero al pastor Antonio Lopez Luna.
- El presidente Pr. Gamaliel Torres mando a traer al pastor Pablo Partida Gómez, quien era maestro del Seminario de Montemorelos, al Distrito los Sabinos, como agradecimiento por ser el tutor/asesor de grado de su hijo. Pero para poder dejarlo en esa Iglesia a Partida, sacaron al pastor Manuel Bouchot mediante un llamado/asignación a Monterrey.
- Favorecer a amigos o familiares, como lo hecho desde el inicio de su gestión el Pr. Gamaliel Torres, al traer a su sobrino político de la Asociación de Occidente con sede en Guadalajara, Jalisco y colocarlo en una de las Iglesias más importante de Monterrey y/o mantener en el ministerio a otros pastores que están en edad de jubilación pero que son sus incondicionales. Así como dejar en un mismo lugar o ciudad a ciertos obreros por ser parte de una familia influyente.
¿Cuándo se regularán estas anomalías en el territorio de la UMN? Se ve muy difícil, estás prácticas son comunes en México y en la División Interamericana. La única forma de cambiar es que los miembros de Iglesia y las juntas directivas de Iglesia local ejerzan su autoridad y sean el balance para que no existan abusos de autoridad ni caprichos personales de líderes, que, alejados de la ética cristiana y labora, usan a las iglesias solo como medios para lograr sus ambiciones personales.
Finalmente, ¿Dónde está la Junta Directiva de la Asociación del Noreste compuesta por departamentales, directores de escuela, y algunos miembros laicos para hacer balance en la toma de decisiones? Pareciera que no están enterados de lo que sucede en el Noreste. ¿Y la de la Unión? Compuesta en su mayoría, de líderes de escritorio, parece que no existe. Mientras tanto, maestros, personal de oficina, y pastores de distrito siguen en las manos de unos cuantos que hacen a un lado los Reglamentos de la Iglesia Adventistas y leyes laborales.
Antonio Sánchez (seudónimo), es un pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Mexico, con amplia experiencia en el trabajo local y administrativo.