Los jóvenes profesionales adventistas de Kenia luchan contra los secuestros del gobierno en las Iglesias Adventistas
El 21 de diciembre, Ronny Kiplangat fue secuestrado a la fuerza en la Iglesia Adventista del Séptimo Día (SDA) de Kikuyu Central tras asistir a un servicio sabático. Fue uno de los innumerables secuestros que se han producido en Kenia en los últimos meses. Aunque esto por sí solo sería una noticia desgarradora, los supuestos secuestros los lleva a cabo el gobierno como «desapariciones forzadas».
Ronny Kiplangat nunca criticó públicamente al gobierno ni protagonizó disturbios políticos, pero su hermano, Gideon Kibet, es un caricaturista que criticó al gobierno a través de su trabajo. Gideon, también conocido como Kibet Bull, fue secuestrado el día de Navidad.
Que un joven como Ronny, que no tenía motivos políticos, fuera sacado de un lugar de culto por la fuerza con apoyo del gobierno horrorizó profundamente a los Jóvenes Profesionales Adventistas de Kenia (AYP-Kenia), impulsándoles a la acción. En una declaración oficial, los miembros condenaron la flagrante falta de respeto del gobierno a sus ciudadanos mediante prácticas tan injustas, especialmente en su violación de espacios sagrados, citando el derecho internacional, incluida la Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones (1981), que obliga a los gobiernos a proteger a los fieles y sus lugares de culto.
Para AYP-Kenia fue muy inquietante que el gobierno, que debe defender esta ley, fuera el infractor de la misma. En su declaración afirmaban: «Nosotros, los Jóvenes Profesionales Adventistas de Kenia, exigimos un compromiso público del gobierno para defender la inviolabilidad de los lugares de culto, tal y como se consagra tanto en la legislación keniana como en las convenciones internacionales». Continuaron condenando este menosprecio de los derechos de las personas y de los principios de la democracia.
A la fecha de hoy, Gideon Kibet ya ha sido liberado por el gobierno, pero su hermano Ronny y los otros dos hombres secuestrados durante este tiempo siguen en paradero desconocido. AYP-Kenia insta a los ciudadanos a unirse contra esta injusticia y a concienciarse, al tiempo que implora a su gobierno que corrija sus acciones.