Las bendiciones de un año nuevo
En mi lengua materna, el holandés, deseamos a la gente un «feliz» o un «bendito» año nuevo. Hay una historia sobre el origen de esta diferencia: los protestantes prefieren el término «feliz», mientras que los católicos optan por «bendecido». Me gustan ambos conceptos: la felicidad humana y la bendición divina.
Durante la última semana del año se intercambian innumerables buenos deseos. Llegan de forma personal cuando nos encontramos con gente, o a través de tarjetas por correo, o por correo electrónico y las diversas redes sociales, y cuando hacemos Zoom, Facetime, o utilizamos otras técnicas para ponernos en contacto unos con otros.
¿Todos estos deseos de Año Nuevo se han convertido en una tradición vacía? ¿O se trata de una interacción significativa que no debemos perder?
Yo le doy mucha importancia. Quiero compartir brevemente lo que significa para mí un feliz y un bendecido año nuevo:
- Es fácil dar por sentado que tengo un techo, una cama donde dormir y el «pan de cada día» sobre la mesa. Sin embargo, hace unos días vi un programa de televisión sobre las decenas de personas sin hogar que hay en una ciudad cercana a donde vivimos. Hombres y mujeres contaban su triste historia. En muchos casos, sin culpa directa por su parte, ya no tenían techo, ni ingresos suficientes para comprar comida. Me di cuenta de que me sería imposible sentirme feliz y bendecido sin tener estas necesidades básicas de la vida.
- La buena salud es una bendición y un acompañante cercano de la felicidad. A mí, personalmente, esto me lo ha recordado, en particular, un flujo constante de malas noticias de familiares y amigos, y de muchas otras personas que conocemos personalmente, sobre cánceres que se les acaba de diagnosticar, tumores cerebrales detectados y diversas enfermedades crónicas graves y adicciones, aparte de fracturas de cadera y otras discapacidades. A medida que veo, y siento, que la edad avanzada se acerca lentamente a mí, mi dosis diaria de pastillas ha aumentado y las visitas al médico se han hecho un poco más frecuentes. Seguir razonablemente sano en 2025 sería sin duda una bendición preciosa y una fuente de felicidad.
- Dos sangrientas guerras mundiales dejaron su impronta en el siglo XX. Las organizaciones internacionales -como la ONU, la OTAN y la Unión Europea- pueden tener sus puntos débiles, pero han hecho mucho por garantizar la paz, al menos en la parte del mundo donde yo vivo. Pero en Ucrania y Gaza, cada día cientos, si no miles, pierden la vida. En otras partes del mundo, las guerras siguen destruyendo las vidas de un número incalculable de hombres, mujeres y niños. Los informes sobre la violencia en muchos países del mundo me recuerdan cómo la paz es un requisito previo para una existencia feliz y bendecida.
- Hace apenas una semana mi esposa, Aafje, y yo celebramos nuestro 60 aniversario de boda. A principios de 2025 acabamos de cumplir 61 años de vida en común. Nos casamos a los veintipocos años: hagan la cuenta. Nuestra felicidad estará estrechamente ligada a la bendición de seguir juntos durante, esperemos, muchos años más. Cada vez que celebramos que llevamos un año más felizmente casados, recordamos que muchos de nuestros familiares y amigos han experimentado cómo les arrebataban a su pareja y lo difícil que les resulta rehacer sus vidas con un cierto grado de felicidad. Un feliz y bendecido año nuevo es un año junto a quien es el compañero de nuestra vida.
- Un feliz año nuevo será un año en el que podamos disfrutar del amor y la compañía de la familia y los amigos. Es algo que cobra más sentido a medida que pasan los años. Y a medida que pasa el tiempo, se hace más urgente hacer todo lo posible por restablecer las relaciones que se han vuelto tensas o interrumpidas. Será una felicidad añadida cuando tales esfuerzos tengan éxito.
- Sin duda, la seguridad financiera también es un aspecto importante de la felicidad. Podemos sentirla como algo que nos hemos ganado trabajando duro, sin darnos cuenta siempre suficientemente de cuánto se debe a las bendiciones divinas. Al comenzar 2025, confío en que las pensiones mensuales del Estado y de la Iglesia sigan llegando. Espero sinceramente no tener que hacer frente a ningún gasto dramático inesperado, y que también podamos y estemos dispuestos a compartir parte de lo que tenemos con los demás. A veces sueño con una repentina ganancia inesperada -que me permita ir con mi mujer en un crucero a las aguas del Ártico, o ingresar una cantidad importante de dinero en las cuentas bancarias de nuestros hijos-, pero un sentimiento de gratitud por todo lo que tenemos, y por el modo confortable en que podemos vivir, pronto anula esas fantasías.
- Estar jubilado tiene muchas ventajas. Una es que tienes mucha más libertad que antes para elegir en qué proyectos trabajar. Para mí, vivir una vida feliz y plena no equivale a poner fin a todos los proyectos. Me satisface mucho predicar y dar conferencias, así como escribir, y espero que 2025 sea otro año de jubilación activa, con la creación de algunos libros nuevos y artículos y blogs periódicos.
- Por último, 2025 sólo podrá ser un año verdaderamente bendecido si continúo mi camino de fe, encontrando siempre nueva profundidad e inspiración. Siguiendo el el lema de mi «fe busca mayor comprensión» me ayuda a encontrar fuerza interior cuando afronto los retos que, sin duda, también llegarán en el nuevo año, y me permite apoyar a otros compañeros de viaje por el camino de la vida. Además, aumentaría enormemente mi felicidad si viera a mi comunidad de fe adventista local y mundial «crecer en la gracia de nuestro Señor Jesucristo» y promulgar algunos de los cambios que yo -junto con muchos otros- llevamos mucho tiempo esperando.
Esto es lo que significa para mí un feliz y bendecido año nuevo. Deseo que mientras comienza este 2025, haya felicidad y bendiciones en todo tu entorno.
Reinder Bruinsma vive en los Países Bajos con su esposa, Aafje. Ha servido a la Iglesia Adventista en diversas tareas de publicación, educación y administración de la iglesia en tres continentes. Todavía mantiene una apretada agenda de predicación, enseñanza y escritura. Es autor de I Have a Future: Christ’s Resurrection and Mine.
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