¿En el nombre del Padre, del Hijo y del maternal Espíritu Santo?
El pastor A.L. Bietz me bautizo por inmersión con la formula trinitaria de Mateo 28:19, en la White Memorial Church de Los Ángeles, California.
El bautisterio de esa iglesia estaba situado en lo alto de la pared, encima de la plataforma, y yo, que tenía 12 años, compartía el tanque con el pastor Bietz y mi compañero de clase Donald Shearer. El himno que se cantaba era “Beneath the Cross of Jesus I Fain Would Take My Stand”. Donald y yo “deseábamos” defender a Jesús. Aunque Arthur Bietz era considerado un pastor progresista o incluso liberal, que yo recuerde no había mujeres pastoras en el personal de la White Memorial Church en aquella época, aunque el hospital del Colegio de Médicos Evangelistas al que estaba adscrita la iglesia recordaba a nuestra profetisa. Estoy bastante seguro de que la fórmula invocada cuando Donald y yo estábamos a punto de ser sumergidos fue “Yo os bautizo ahora en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Todo era muy normal, muy tradicional, muy patriarcal. La Familia Celestial se presentaba con tres géneros masculinos, Él Padre, Él Hijo y Él Espíritu Santo. Aunque a veces oía al Espíritu como “It” “Eso/Esto”.
A veces, después de los servicios religiosos en “el White”, cuando llegábamos a nuestro auto, mi padre o mi madre encontraban un panfleto que había sido colocado debajo de los limpiaparabrisas de nuestro auto como una forma de evangelización. “Oh, las Varas de Pastor han vuelto a hacer de las suyas”, se quejaban, normalmente arrugando el panfleto en la papelera más cercana. Más tarde, otros miembros de este grupo, conocidos como “Branch Davidians”, serían declarados por David Koresh como una aberración del adventismo tradicional, fanáticos indignos de nuestra atención seria.
Hace poco me enteré a través de Wikipedia de que, junto con el intento de la Vara del Pastor de reformar la Iglesia Adventista del Séptimo Día para que no se volviera ” permisiva en sus normas” y las opiniones de su líder sobre “la verdadera identidad de los 144.000”, la facción de la Rama Davidiana también había resucitado una antigua opinión cristiana según la cual el Espíritu Santo estaba mejor representado por el sexo femenino.[1]
¿Él, Ella o Eso?
No estoy seguro de dónde sacaron los davidianos esta idea, pero considerar que el Espíritu Santo es una mujer o una madre no es reciente ni moderno.[2]
El inglés no es consistente en asignar designaciones de género a las palabras, pero en otros idiomas a casi todos los sustantivos se les asigna un género, como en español con “lo, la, le” para sustantivos masculinos, femeninos o neutros. En hebreo y en arameo (la lengua que hablaba Jesús), la palabra traducida como viento/aliento/espíritu tiene género femenino (ruach). Así pues, los primeros cristianos que hablaban hebreo o arameo, o la lengua siríaca derivada del arameo, consideraban sistemáticamente que el Espíritu Santo (ruach) era femenino.[3] Los primeros escritores cristianos en esa lengua, tanto ortodoxos como gnósticos, utilizaron imágenes maternales al hablar del Espíritu Santo durante los 400 primeros años del cristianismo, como mínimo. También equiparaban al Espíritu Santo con la Sabiduría divina, como en Proverbios.
Ella, la Sagrada Sabiduría
Los Proverbios se presentan como procedentes tanto del “padre” como de la “madre” (Proverbios 1:8). Pero la personificación de la Sabiduría divina es específicamente femenina, al igual que en español:
Clama la sabiduría en las calles;
en los lugares públicos levanta su voz.
Clama en las esquinas de calles transitadas;
a la entrada de la ciudad razona:
“¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos,
seguirán aferrados a su inexperiencia?”
(Proverbios 1:20-22, NVI)
Y todo el lenguaje en Proverbios 8 es en femenino:
¿No clama la sabiduría,
Y da su voz la inteligencia?
…[Ella] se para… [Ella] da voces.
Yo soy la inteligencia; mío es el poder.
Jehová me poseía en el principio,
Ya de antiguo, antes de sus obras.
Eternamente tuve el principado, desde el principio,
Antes de la tierra.
Antes de los abismos fui engendrada;
Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
Antes que los montes fuesen formados,
Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;
No había aún hecho la tierra, ni los campos,
Ni el principio del polvo del mundo.
Cuando formaba los cielos, allí estaba yo.
Esta Sabiduría personificada es un reflejo del relato de la creación en el Génesis. Allí la ruaj (femenino de viento/aliento/espíritu, “ella”) “se movía sobre la faz de las aguas.” (Génesis 1:1,2). Un poema de Gerard Manley Hopkins expresa esta visión maternal de un Espíritu femenino que ayuda a dar a luz la creación.
“Porque el Espíritu Santo sobre el torcido Mundo se cierne
con cálido pecho y con, ¡ah!, brillantes alas”.[4]
El edificio más grande del mundo (en aquella época, y así fue durante 1.000 años) se construyó y reconstruyó en Estambul, Turquía (Estambul se llamaba entonces Constantinopla), como catedral y recibió el nombre de este ser divino, Hagia Sophia-Santa Sofia. Más exactamente, es Naòs tês Hagías toû Theoû Sophías, Iglesia Santa Sofia de Dios. Sophias-sabiduría de Dios en griego es una palabra femenina (el nombre Sophie/Sophia un nombre de niña). Como el Espíritu (ruach) en hebreo o arameo es femenino, así el hebreo y el griego Hagia Sophia, la Santa Sofía de Dios, también es femenino. He aquí la ecuación que utilizaron: Espíritu Santo/Espíritu/Viento/Respiración = Santa Sabiduría = Santa Madre Celestial, una imagen femenina
Ella el Espíritu
Nuestro Nuevo Testamento no recoge las palabras de Jesús en la lengua aramea que hablaba. Están traducidas al griego (excepto su oración agonizante de Mateo 27:46) y luego traducidas para nosotros del griego al español.
Cuando Jesús reveló a Nicodemo en arameo su necesidad de nacer de nuevo del Espíritu (siendo el nacimiento una función muy femenina), habría dicho,
Lo que es nacido de la carne, carne es;
y lo que es nacido del Espíritu [ruach/ella], espíritu es.
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
El viento sopla [ruach/Espíritu] de donde [ella] quiere …
así es todo aquel que es nacido de [Ella], Espíritu.
(Juan 8:3-8)
Ella, Consoladora
Hablando a sus discípulos en arameo, Jesús les dijo, según la traducción de la Versión Reina Valera (RV): “Pero el Consolador, que es el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas.” [Los traductores de la KJV usan “él os enseñará” en vez de “os enseñará” como pudieron haberlo hecho-El Espíritu Santo/pneuma en griego es neutro. Usaron “él” para referirse al “Consolador/Ayudante (griego “paracleton”, masculino para “uno que está a tu lado o contigo”) porque querían ser consistentes en que el Espíritu Santo es una persona, no un “ello”].
Pero, ¿qué pronombres habría usado Jesús en arameo? En arameo “Consolador/Ayudante” es una palabra de raíz femenina nacham, Consuelo o Ayudante con un suspiro, lástima, gemido o jadeo como una mujer y su ayudante/consolador/entrenador/doula podría hacer para disminuir los dolores de parto. El arameo nacham sería como el rey Consuelo Menajem[5] o el profeta Ayudante/Consolador Nahum[6] para consolar a los varones. Nechamah sería una mujer que consuela.[7]
En arameo, por tanto, la forma en que Jesús presenta al Consolador/Consolador, “que es el Espíritu Santo”, con el género correcto, los pronombres serían así:
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador [nacham],
para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu [ruach] de verdad,
al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce;
pero vosotros le conocéis, porque [ella] mora con vosotros, y estará en vosotros.
(Juan 14:16-18)
Ella, la paloma
Cuando el cielo se abrió en el bautizo de Jesús, el símbolo con el que se apareció Espíritu Santo fue elegida como una figura femenina:
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu [femenino ruach] de Dios que descendía como paloma [femenino tanto en griego como en arameo], y venía sobre él. (Mateo 3:16)
Sabemos que el hebreo para paloma es femenino por nuestras Biblias en español, usado incluso en la historia del diluvio (Génesis 8:9).
La Trinidad
Cuando bautizamos, lo hacemos en nombre de una Trinidad: El Santo Padre, el Santo Hijo y el Espíritu Santo. ¿Es correcto el género griego cuando asigna a estas palabras dos géneros masculinos y uno neutro? ¿Es correcta la versión inglesa KJV cuando utiliza “Él” para los tres? ¿O podemos seguir las Biblias hebreas/arameas/siríacas que sugieren que la Trinidad es metafóricamente un Santo Padre, un Santo Hijo, y un Santo Espíritu Materno con la Trinidad, más como una familia que como un conjunto masculino?
A algunos adventistas esto les puede parecer otra herejía de la Vara del Pastor/Rama de David o una especulación feminista moderna. Pero, de hecho, es una interpretación cristiana antigua válida que se mantuvo durante cientos de años (al menos hasta el siglo IV después de Cristo) mucho antes del surgimiento del “feminismo”[8] y por el luterano/moravo Zinzendorf y el metodista Wesley mucho antes del surgimiento del adventismo. También se dice que teólogos contemporáneos como Clark Pinnock, Thomas N. Finger y Jürgen Moltmann favorecen esta interpretación.[9]
La mujer, a imagen de Dios
El uso de los géneros masculino y femenino en las metáforas de la Trinidad también satisface otra antigua pregunta. ¿Quién era el “nosotros” y qué significa ser creado a “nuestra imagen” y “nuestra semejanza”, como se propone en Génesis 1:26: “Hagamos a la humanidad a nuestra imagen y semejanza”?
Si la respuesta a esa pregunta es: “Así creó Dios a la humanidad a su imagen y semejanza; a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó”, entonces una imaginería trinitaria se vería más favorecida si aceptáramos que podemos ser bautizados en los nombres de un Padre Celestial, un Hijo Celestial y un Espíritu Santo Maternal.
Dios no tiene barba, ni plumas, ni pechos, pero todas pueden ser metáforas que nos ayuden a relacionarnos con Dios.
El Shaddai
Entre los muchos nombres diferentes de Dios figura el de El Shaddai. “Shaddai deriva del hebreo shad, que describe el pecho de una madre (Os 2:4; 9:14; Ez 16:7; 23:3, 21; Sal 22:10), teta o pezón (Is 32:12) …La palabra contiene la idea de amamantar (Job 3:12; Os 9:14) y a veces designa a una madre (Job 24:9; Is 60:16; Is 66:11).”[10] El Shaddai, traducido habitualmente al español como “Dios Todopoderoso”, se entiende mejor como “Dios el Poderoso que da pecho”. Al igual que una madre y sus pechos proporcionan todo el consuelo, el alimento y el cuidado suave que un bebé necesita, así el Espíritu Santo nos consuela y nos alimenta de una manera dulce y suave, maternal, no necesariamente mejor simbolizada por la masculinidad.
Como Madre
El Santo Consolador que Jesús prometió puede ser visualizado y simbolizado como una mujer y madre (Isaías 66:13):
“Como una Madre consuela [nacham] a su hijo
así os consolaré yo a vosotros
y serás consolada
sobre Jerusalén”.
Garry Wills nos anima: “Hay que orar tanto a Ella [el Espíritu] como a Él [el Padre o el Hijo]… El Espíritu [la Santa Sabiduría, Ella] enmarca y fomenta la nueva creación de la Iglesia [con un “nuevo nacimiento”] del mismo modo que el Espíritu [la Paloma, Ella] se movía sobre la faz de las aguas caóticas para formar el mundo en el Génesis”.[11]
Por mi parte, estaría muy contento de haber sido bautizado en el nombre de la Familia Celestial en lugar de en el lenguaje metafórico de dos varones y un fantasma. ¿No deberíamos empezar a considerar metafóricamente y enseñar a nuestros hijos que el Espíritu Santo nos ofrece un cuidado maternal? De rodillas, una niña o un niño orando a Dios, puede acceder a la idea de la figura de una Madre Celestial, lo cual es tan biblico como la imagen de Nuestro Padre celestial, o como orar a nuestro querido Jesús.[12]
[Este es el segundo de dos artículos. El primero se titulaba ¿LOS ÁNGELES TIENEN ALAS?].
Referencias
[1] Wikipedia article on Gender of the Holy Spirit. https://en.wikipedia.org/wiki/Gender_of_the_Holy_Spirit#:~:text=There%20are%20biblical%20translations%20where,word%20(pneuma)%20is%20neuter. [Accessed September 8, 2022.]
[2] Que el Espíritu Santo puede ser representado como una mujer y una madre fue enseñado durante los cuatro primeros siglos d.C. por los cristianos de lengua aramea o siríaca. Ha sido promovido por protestantes como John Wesley y el líder moravo Conde von Zinzendorf. Y por creyentes más recientes como Clark H. Pinnock, Thomas N. Finger y Jürgen Moltmann, según el artículo de Wikipedia citado anteriormente.
[3] Véase un análisis muy exhaustivo de la concepción cristiana primitiva del Espíritu Santo en femenino por Johannes van Oort, del Departamento de Historia de la Iglesia y Política Eclesiástica de la Facultad de Teología de la Universidad de Pretoria (Sudáfrica):
Van Oort J., 2016, ‘The Holy Spirit as feminine: early Christian testimonies and their interpretation’, HTS Teologiese Studies/Theological Studies 72(1), a3225. http://dx.doi.org/10.4102/hts.v72i1.3225
[Accessed September 9, 2022 on https://hts.org.za/index.php/hts/article/view/3225/7763]
[4] Gerard Manley Hopkins, “God’s Grandeur.”
[5] Como lo fue un rey hebreo, Menajem o “Consolador” en 2 Reyes 15:14 o el Profeta Nahum que significa Consuelo o Consolación, ejemplos de varones consoladores. Pero el verbo nachem es un concepto muy femenino, y una joven llamada Consuelo o Ayudante podría llamarse Nechamah. Véase Isaías 66:13 para ver cómo Dios utiliza este concepto femenino de sí mismo.
[6] Nahum 1:1, nombre del profeta que significa “Consuelo o lleno de consuelo”, un nombre masculino derivado de nuevo de la raíz femenina de consuelo, nacham.
[7] Correspondencia personal con un profesor de hebreo.
[8] (Véase la referencia 3)
[9] (Véase la referencia 2)
[10] Leslie Hardinge, His Name is Wonderful, Studies of Some Names of God in the Old Testament, (TEACH Services, 1993), page 55.
[11] Este artículo surgió a raíz de un párrafo de la página 218 del magistral ensayo de Garry Wills sobre la verdad, Papal Deceit (2000). [The insertions in the quote are mine.]
[12] Algunas niñas y mujeres maltratadas tienen problemas para orar a Dios como “Padre Nuestro”. Hay muchas maneras de recordar que Dios es inclusivo en cuanto al género: “Nuestro Maternal Espíritu Santo”
El derecho a utilizar las ilustraciones anteriores ha sido adquirido a https://depositphotos.com.
Fresco de la Santísima Trinidad, Iglesia de Santiago en Urschalling, Alta Baviera (Alemania). La tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo, está representada en femenino.
Esta obra es de dominio público en Estados Unidos porque se publicó antes del 1 de enero de 1927. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sant%C3%ADsima_Trinidad._Padre,_Hijo_y_Esp%C3%ADritu_Santo_representado_en_forma_Femenina.Fresco_s.X._Iglesia_de_San_Jakobus_en_Urschalling,_Alta_Baviera_Alemania..png
Jack Hoehn es un médico jubilado que escribe desde Walla Walla, Washington.