El otoño del patriarca
Cuando escuchaba al Presidente Ted Wilson dirigirse al Concilio Anual, el 09 de octubre de 2023, vino a mi mente la novela del escritor Latinoamericano Gabriel García Márquez, publicada en 1975 y titulada: El otoño del patriarca.
Reconozco que existen diferencias entre el dictador que se presenta en la novela y el Pastor Wilson, sin embargo, ambos comparten intereses en común, particularmente el interés por conservar el poder y la frustración de que sus mensajes caen en oídos sordos. Eso es lo que explica el tono del mensaje. Es una conducta, que nace de una percepción, que hay algo que no está bien en la Iglesia.
¿La identidad se está perdiendo?
El Presidente de la Asociación General es repetitivo en todos sus mensajes en los Concilios Anuales. En el 2021, reafirmó con orgullo: la identidad de una Iglesia remanente (“somos los centinelas, ultima luz de la amonestación, luz de Dios.”); la IASD es la Iglesia escatológica, llamada a proclamar el mensaje de los 3 Ángeles al mundo en el fin; los escritos de Elena White son los que interpretan la Biblia, particularmente el Conflicto de los Siglos (“libro misionero poderoso, del año 2022-23-24, que advierte lo que viene”) y su cumplimiento en la actualidad; la Iglesia IASD está llamada a predicar (Mateo 28:19-20) a cada pueblo, lengua y nación; las doctrinas adventistas y el Espíritu de Profecía, “aceleraran” la venida de Cristo.
Nuevamente en el Concilio Anual 2023, prescribe la misma receta: llama a la Iglesia Mundial a la fidelidad, a la superioridad moral de que somos los elegidos para la misión; a la comprensión doctrinal adventista; a reafirmar la identidad adventista apoyada en las Escrituras y el Espíritu de Profecía, frente a lo que llama las 16 “interrupciones confusas” específicas del Diablo, para frustrar la misión de Dios en la Tierra.
El pastor Ted Wilson está comprometido con la identidad adventista, piensa que la Iglesia y Elena White son verdades en sí mismas o intermediarias para lograr la salvación. Lo que pondera el contenido de sus discursos. Para Wilson, no podemos ignorar el Espíritu de Profecía o contradecirlo. Elena White es confiable y debe ser aceptada en todo. Sus profecías son para todos los tiempos. Ella fue inspirada por Dios y cuando habla es la voz de Dios.
Tengo la impresión, de que a Wilson le causa un poco de molestia, que perdamos la identidad adventista como él la define, por eso desafía a la Iglesia: “a volver al altar del estudio personal, la evangelización personal y pública, abogando por la libertad religiosa y la libertad de conciencia, elevando la santidad y el carácter sagrado del séptimo día (sábado) y proclamando los poderosos mensajes de salvación y profecía, así como abrazando la identidad y la misión del cuerpo Remanente de Dios, viviendo con el sentido de urgencia que permitirá al Espíritu Santo obrar por intermedio de todos nosotros”.
El mostrar preocupación, por la conducta de muchos miembros de la Iglesia, de confusión, desinformación, malinterpretación de aspectos doctrinales de la Iglesia Adventista, particularmente la sexualidad humana, el Santuario, la creación, Espíritu de Profecía, el sentido de urgencia, autoridad institucional de la Iglesia, el estado de los muertos, el verdadero significado del sábado; son una admisión del estado de frustración que experimenta. En 23 años que lleva Wilson como presidente, la identidad de la Iglesia se está disolviendo.
Aunque parezca exagerado, es lógico pensarlo. Cada vez más los miembros de la Iglesia experimentan un “alejamiento” de las doctrinas y creencias tradicionales de la IASD. Hay muchas razones, en mi opinión, la principal es una que no tiene nada que ver con las 16 “interrupciones de satanás”. Me parece una excusa típica del adventismo: responsabilizar a satanás de nuestra condición espiritual en crisis, en lugar de mirar a nuestro interior como Iglesia.
Si tuviéramos la disposición y la voluntad para trascender el “chip” y el “adoctrinamiento” adventista, hace tiempo nos hubiéramos percatado, que nuestros líderes desde 1919, están enfatizando cada vez más, poner a Elena White por encima de las Escrituras y el Evangelio de Cristo para el tiempo del fin. Se han creado las condiciones institucionales para predicar y trasmitir el Evangelio de Cristo a través del filtro de una profeta, y no de Jesús mismo.
Revelando el carácter de Dios por medio de Jesús
El adventismo está saturado de los conceptos tradicionales, filtrar el Evangelio mediante lo que institucionalmente se estableció para poner a Elena White por delante de Jesús. Algo que ella misma, no habría aceptado. Sin embargo, las nuevas generaciones adventistas están encontrando la verdadera misión que Jesús describió antes de ascender al cielo. Enfatizando así la misión de Mateo 28:19-20.
Se traduce en creer, aceptar, enseñar y mostrar que Jesús vino a la Tierra a revelar el carácter del Padre, la plenitud de quien es Dios y su amor; que nosotros nos relacionemos en y con amor hacia los demás. A fin de cuentas, nuestra misión es que atraigamos a las personas a relacionarse con él. Mostrar ese amor (Juan 13:34-35) es lo que nos define como discípulos y testigos de Jesus, porque el Maestro de los discípulos nos enseñó a amar, así como Él amaba al prójimo, incluso a sus enemigos.
Para ayudarnos en esa misión, nos dejó al Espíritu Santo (Hechos 1: 8), para impulsarnos a proclamar el amor de Dios al mundo:
Cuando venga el Espíritu Santo, él les dirá lo que es la verdad y los guiará, para que siempre vivan en la verdad. (Juan 16:13-24 TLA).
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida…” (Juan 14:5–6)
La verdad presente es Cristo
La verdad no es una institución religiosa, las doctrinas o una profeta. La verdad es Cristo.
Esta idea está atrayendo a laicos y cristianos no denominacionales, creciendo, reproduciéndose como una onda expansiva al interior y fuera de la IASD. Una nueva espiritualidad enfocada y centralizada en Cristo está desarrollándose.
Esa nueva espiritualidad está siendo señalada como voces “extrañas” a la Biblia, que confunden a los miembros de la Iglesia. Para Wilson los nuevos enfoques cristológicos, y el crecimiento de la espiritualidad laica traerá la consecuencia de aceptar la marca de la bestia, mezclando la verdad con el error.
Wilson al igual que el personaje de la novela de Gabriel Garcia Márquez, está experimentando un otoño: la transformación en el color del paisaje, el cambio en el aspecto de las hojas de los árboles que pasan del verde al amarillo, al anaranjado o rojizo.
Por analogía, se trata de que la Asociación General y su Presidente, no están cosechando las metas que se han propuesto. Y con el correr de los años, no hay crecimiento espiritual en la iglesia con los métodos que ellos han impuestos. Al contrario, sus slogans de Reavivamiento y Reforma están mostrando una erosión en la identidad adventista.
El énfasis del Pastor Wilson y sus seguidores de interpretar las Escrituras en el “tiempo del fin” a través del Evangelio profético de Elena White, es un reconocimiento jurídico e institucional de que un componente fundamental de la identidad adventista es, la reinterpretación del evangelio de Cristo a través del filtro de un profeta.
La historia se repetirá si no aprendemos
En los tiempos de Jesús sucedió algo similar. Los maestros de la ley interpretaban el Evangelio de Cristo, a través de los profetas, particularmente Moisés y Elías.
De repente, aparecieron Moisés y Elías y comenzaron a conversar con Jesús. Pedro exclamó: “Señor, ¡es maravilloso que estemos aquí! Si deseas, haré tres enramadas como recordatorios: una para ti, una para Moisés y la otra para Elías”. No había terminado de hablar cuando una nube brillante los cubrió, y desde la nube una voz dijo: “Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo. Escúchenlo a él (Mateo 17:5-8)
Dios habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de todo, por el cual asimismo hizo el universo” (Hebreos 1:1-2)
El Pastor Wilson, de manera similar a los maestros de la ley en los tiempos de Jesús, ha colocado en un lugar de primacía o superioridad a Elena White, similar a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (“mormones”) que interpretan la Biblia y a Jesucristo a través del libro del mormón y de su profeta José Smith.
Sin embargo, hay muchos que no renunciaran al Evangelio de Cristo, y continuaran reclamando dejar ir el vino y el odre viejo del siglo 19, que se marchite la Iglesia con una identidad, exclusivista, moralmente superior y sectaria que enfatiza prioritariamente en el proselitismo.
Jesús es la primera y única verdad que el mundo debe conocer.
Edison Garcia-Creitoff enseñó ética y comunicación durante 15 años en diferentes universidades de Puerto Rico. Es Trabajador Social, Mediador de Conflictos, abogado (J.D.) capellán laico y Coach Motivacional -Espiritual.