Demolición de las estatuas de Elías y Eliseo en la Universidad Adventista del Sur
Después de 15 años, el 19 de febrero la Universidad Adventista del Sur decidió retirar las dos estatuas de granito de Elías y Eliseo. La demolición, que duró cuatro días, fue una decisión difícil y largamente debatida.
Según Marty Hamilton, vicepresidente asociado de administración financiera, el Comité de Arte Público de Southern decidió retirar las estatuas por motivos estructurales.
Según el periódico del campus, Southern Accent, Hamilton dijo que «las estatuas llevaban allí unos 15 años, y hemos estado intentando averiguar qué hacer con ellas durante bastante tiempo. El coste de trasladarlas y terminarlas era sencillamente demasiado alto».
El ex presidente de la universidad Gordon Bietz encargó el proyecto en 2001 como monumento que simbolizara «la transmisión de conocimientos y la tutoría, un tema destacado en Southern durante la época de su construcción».
Financiado por varios donantes, el proyecto supuso el mayor envío de granito jamás embarcado desde Vermont -83 toneladas- y fue esculpido bajo la dirección de Wayne Hazen, antiguo decano de la Escuela de Artes Visuales y Diseño. Por desgracia, la insuficiencia de fondos, las complicaciones logísticas y la dificultad del material hicieron que quedara incompleta.
La escultura estuvo 15 años en un solar trasero del campus para que los estudiantes la pudieran ver, pero los problemas estructurales no tardaron en surgir cuando los estudiantes empezaron a sentarse o a subirse a las estatuas, lo que provocó que algunas partes se rompieran.
Durante años se discutieron intentos de salvar el proyecto, como la consulta a escultores, la reubicación y la planificación a fondo, pero siempre se llegó a la misma conclusión: cualquier intento de salvar el proyecto no sería rentable.
«Las columnas se estaban pudriendo y nos preocupaba que las estatuas se cayeran», explica Hamilton en el artículo original. «Los estudiantes se habían subido a ellas antes, y con el deterioro de la integridad estructural, se convirtió en un verdadero problema de seguridad».
La administración tomó la difícil decisión de abandonar finalmente el proyecto y demoler las estatuas. Aunque algunos trozos de granito se destinaron a usos artísticos, la mayoría se eliminaron.
Muchos estudiantes lamentan la pérdida de este querido monumento.