¿Quién es el fundamento de la iglesia adventista?
La Iglesia Adventista en Puerto Rico, particularmente en el norte, está haciendo un énfasis como nunca, en la identidad de la Iglesia, y el Espíritu de Profecía
Es mi opinión, Elena White como pionera, su influencia, liderazgo, creencias proféticas y desarrollo de la iglesia, sentó las bases ideológicas-teológicas, materiales y subjetivas, para la formación y construcción de la IASD.
Sin embargo, como suele ocurrir en los contextos religiosos, se distorsiona la realidad y la vida y ministerio de sus pioneros. Se termina creando una especie de “culto la personalidad” del líder o fundador, algo que hizo la institucionalidad de la IASD. Fusionaron la identidad y la misión de la Iglesia, a la persona de Elena White, desarrollándose un apego religioso a su figura y dándole consciente o inconscientemente más importancia a su ministerio.
La Iglesia Adventista sobrepaso los límites
En los últimos años, particularmente bajo el liderazgo de Ted Wilson, todos los lideres de la Iglesia a nivel mundial y en las diferentes Divisiones, particularmente en Latinoamérica y el Caribe, cuando predican o discuten un tema teológico, destacan de manera sutil o abiertamente, los mensajes de Elena White para interpretar las palabras de Jesús, algún hecho de la Biblia o tema relacionado con la misión de la Iglesia. Todos en una forma u otra, vinculan la identidad de la Iglesia a Elena White.
La premisa o el propósito que se quiere verbalizar es, que la identidad de la Iglesia institucionalmente, “camina de la mano” con el Espíritu de Profecía. El mensaje profético de Elena White es la teología que hay que utilizar para dar dirección y corrección a la Iglesia, para condicionar el mensaje y el ministerio de la Iglesia hasta nuestros días. El énfasis en que es una profeta, no te permite los cuestionamientos y menos tener pensamiento crítico.
En ese contexto son constantes los llamados a defender la identidad adventista utilizando de apoyo el Espíritu de Profecía y afianzar la fe en el ministerio profético de Elena G. de White. Si el lector tiene dudas lo invito a revisar los últimos sermones del pastor Wilson.
El maestro Jesús paso a un segundo plano
Somos una Iglesia en la que Jesus progresivamente no es el centro. Sentimos un gran orgullo por la figura de Elena White y su mensaje profético, y no nos damos cuenta de que estamos desplazando a Jesus “colocando otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios 3:11-13). Jesus dijo en Juan 14:6 (TLA) unas palabras reveladoras:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre”.
Es cierto. Si permanecemos en Jesus, solo en Jesus, seremos sus discípulos; adoptaremos su visión del propósito de la vida humana en las decisiones que tomamos, nos relacionaremos y dependeremos de él. Confiando en su gracia y sus promesas recibiremos a través de su Espíritu su carácter, viviendo pues en el fruto de su Espíritu.
Sin embargo, estamos lejos de ser una iglesia identificada por Jesus. Se nos identifica y nos identificamos institucionalmente a nosotros mismos, por doctrinas y/o por el ministerio de Elena White. Algo que paradójicamente rechazaba White, quien escribió:
“Los adventistas del séptimo día debieran destacarse entre todos los que profesan ser cristianos, en cuanto a levantar a Cristo ante el mundo” (Exaltad a Jesús, pp. 155).
Cristo es en sí mismo, es el fruto del Espíritu y eso es lo prioritario para mi vida. Vivir en Cristo y recibir por su Espíritu su carácter. Las doctrinas, las creencias institucionales son secundarias y no tienen sentido si nuestro fundamento no es Jesus.
El verdadero conflicto de los siglos: Levantar a Jesús o Elena White
La prioridad no es Jesus en la institucionalidad de la IASD. No tienen a Jesus prioritariamente en su corazón y mente. Quieren llegar a Jesus a través de un profeta a pesar de que el Evangelio de Jesus dice que en estos últimos, tiempos nos ha hablado por su Hijo. (Hebreos 1: 1-2)
La principal preocupación no es la espiritualidad de la Iglesia, es mantener la pureza de la teología religiosa de Elena White y las 28 doctrinas adventistas, independientemente de las tensiones y conflictos que genera la exclusividad de sentirse más justos y perfectos que otras congregaciones de fe.
Institucionalmente estamos sin Jesus y eso explica la jerarquización a nivel mundial en la Iglesia; la defensa o la reafirmación de una religión con una identidad uniforme, homogénea, exclusivistas y discriminatoria. Una identidad heterogénea es rechazada.
Un pensamiento divergente acerca de una doctrina o interpretación de Elena White con respecto a una de las doctrinas de la Iglesia causa confrontación teológica. Así fue en el pasado y es hoy en el presente.
Se ha creado por la IASD, una religión que esta muy conforme y orgullosa con una teología que no acepta una nueva luz ni nuevas verdades reveladas en Cristo, acerca del carácter del Padre, para evitar alguna modificación de los pilares o las creencias institucionales. Algo parecido a lo que le sucedió a los Fariseos en el tiempo de Jesus con Moisés.
Conclusión
El liderato de la Iglesia está haciendo en los adventistas lo que Nehemías y Esdras hicieron al pueblo hebreo. Ellos fueron los padres del Fariseísmo que luego enfrentó a Jesus. Su interés fundamental siempre fue conservar la pureza teológica de la ley Mosaica.
Ciertamente Jesus tenía razón cuando dijo que el vino nuevo no entra en el odre viejo. Cada vez más, aumentan las deserciones emocionales y físicas en la IASD de personas apáticas e indiferente hacia los dogmas religiosos, contrarios al carácter de Cristo. Ellos quieren sentir y vivir un evangelio en Cristo, encontrar paz en su presencia, la libertad que Cristo con su amor nos da. De eso se trata: ¡Jesus, sobre todo! Él nos va a llevar a toda verdad (Juan 16:13-15).
Edison Garcia-Creitoff enseñó ética y comunicación durante 15 años en diferentes universidades de Puerto Rico. Es Trabajador Social, Mediador de Conflictos, abogado (J.D.) capellán laico y Coach Motivacional -Espiritual.