¿La incoherencia… consistente?
Las actuales decisiones del gobierno de los Estados Unidos, están rompiendo la separación entre la iglesia y el estado; imponiendo un gobierno centralizado en el ejecutivo, ignorando las demás ramas de gobierno (poder judicial y legislativo); construyendo un nuevo orden político, inconstitucional, y mientras eso sucede, la Asociación (Conferencia) General de los Adventistas del Séptimo Día permanece en el silencio o en la indiferencia. Con la excepción de la División Norteamericana de los Adventistas del Séptimo Día y la Iglesia Adventista de Jamaica que aboga por la defensa y el respeto a las diferentes creencias religiosas y de pensamiento.
Parecería ser que no podemos esperar a que el pastor Ted Wilson, presidente de la Iglesia Adventista a nivel mundial, asuma la conducta de la pastora Mariann Budde, quien tuvo la valentía de la profetiza Deborah, de comunicarle personalmente a Donald Trump que tuviera misericordia con los inmigrantes y la comunidad LGBTQ.
¿Sera posible que los lideres de la Asociación General de los Adventistas tengan miedo a la persecución? ¿A la misma persecución sobre la cual predican?
“¡No es lo mismo hablar del diablo que verlo venir!”
Esa frase típica de los puertorriqueños ilustra muy bien la incoherencia consistente en el liderazgo mundial adventista.
Los adventistas conocemos muy bien el tema de la persecución, por más de 160 años han esperado y predicando acerca de este tema, sin embargo, actualmente si liderazgo a nivel mundial se mantiene con indiferencia hacia la persecución que sufren otros grupos minoritarios, particularmente los afroamericanos, los mexicanos, los musulmanes.
Las instituciones se comportan como lo hacen sus lideres. Por años hemos tenido en el pasado, lideres mundiales indiferentes al pecado de la persecución racial contra los judíos (en la Alemania nazi) y la discriminación racial y sexual (en los Estados Unidos). Una y otra vez hemos escuchado la frase estereotipada de que “nuestra misión está centrada en Cristo y que por esa razón no intervenimos”.
Si nuestra misión estuviera centralizada en Cristo, llamaríamos al racismo y a la discriminación: ¡pecado!
Si nuestra misión estuviera centrada en Cristo –Jesus, coincidiríamos con otras congregaciones de fe, reclamando misericordia y compasión para los inmigrantes y la comunidad LGBTQ. Estaríamos siguiendo el mandato de Jesús, identificados con el sufrimiento del oprimido, no con el opresor. Entendiéndose que no hablar, no mencionar el tema, ni mostrar desagrado es complicidad con el opresor.
Lideres mundiales prototipos del WASP (white anglo saxon protestant) con sus valores y paradigmas, no pueden identificarse con la persecución que sufren los inmigrantes y la comunidad LGBTQ, porque no tienen empatía con ellos, además de que los lideres económicamente están en una dimensión distinta.
¿La incoherencia…consistente?
En Estados Unidos en mayo 25 del 2020, George Floyd, un afroamericano, fue brutalmente asesinado por un policía blanco, ante la mirada negligente de otros 3 policías. El pueblo afroamericano se tiró a las calles reclamando justicia. Pastores, sacerdotes, ministros, rabinos, se expresaron rechazando el asesinato a través de declaraciones en los medios, comunicados de prensa y entrevistas.
El 29 de mayo y el 1 de junio de 2020, Ted N.C. Wilson presidente de la iglesia mundial de los Adventistas del Séptimo Día se expresó sobre el caso en una Carta Pastoral dirigida a los adventistas, diciendo: “Solo la conexión con Dios puede superar el aumento global del mal”.
La carta pastoral se enfocaba en la identidad, las doctrinas y las creencias de la Iglesia. Un discurso adventista clásico, acompañado de citas bíblicas, para divulgar que vivimos los últimos tiempos o los eventos finales; mencionando que los adventistas serian víctimas de una futura persecución; y que la solución era cumplir nuestra misión enfocados en Cristo, exhortando a los adventistas a orar fervientemente por las familias que han perdido a sus seres queridos en asesinatos maliciosos, así como por desastres naturales, COVID-19. La Carta pastoral guardó silencio con respecto a los reclamos específicos de justicia de la comunidad afroamericana.
¡El que no aprende de la historia…está condenado a repetirla!
Hoy en el 2025, la situación continua más o menos igual. La Asociación o Conferencia General mantiene silencio, ante la persecución y los discursos ofensivos, hacia los inmigrantes, y la Comunidad LGBTQ, por el presidente de los Estados Unidos.
Es egoísta que solo nos preocupemos, por la persecución de la cual seremos víctimas, soñando despiertos, el momento cuando el protestantismo se una con el “papado” para perseguir a los adventistas, desconectados de la realidad, esperando una “persecución” que no estaremos dispuestos a enfrentar ni asumir, porque si no la asumimos hoy para otros….
¡Si quieres saber tu futuro, mira a tu presente!
La conducta presente de nuestros dirigentes mundiales tendrá consecuencias en el futuro y debemos estar atentos a las decisiones que tomemos.
Éstos que hablan y hablan de persecución y que no hacen nada por otros, para enfrentarla, abogar por ellos, defenderlos, serán los mismos que llegado el momento de vivirla y experimentarla vacilarán y permanecerán inmóviles. La autoprotección pesará más que el carácter y la fe en Jesus.
Así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús (2 Timoteo 3:12)
Creo firmemente que la persecución a los cristianos (adventistas incluidos) se dará en el contexto de un gobierno con una apariencia de piedad y de religiosidad, que sentará las bases para la unión de la Iglesia – Estado, y una intolerancia a la libertad de religión, pensamiento, conciencia, que sean contrarias a su Gobierno. Se impondrá un tipo de cristianismo teocrático, en la que la piedad, la misericordia, el amor de Jesus estará ausente.
En la medida que nos opongamos a esa política, levantando el amor, (1 Corintios 13) y el carácter de Cristo, vendrá una persecución contra nosotros y todos aquellos que se opongan al autoritarismo, a la violación de las libertades civiles, democráticas y a la religión “cristiana” oficial del Estado -gobierno.
Claro está, hacer como Jesus que enfatizaba en el amor, la compasión, la justicia y no permanecer en silencio ante las autoridades gubernamentales implica ser un hombre y mujer de valor, aunque se desplomen los cielos.
Pero temo que serán muchos, los que permanecerán en silencio por miedo, indiferencia o por los “beneficios” teocráticos de un gobierno “cristiano: Esos no serán perseguidos, serán adventistas de nombre, pero le faltará la realidad de ser como Jesus, en todo o en parte, como ahora, que no levantan su voz ante las injusticias de la política de Donald Trump, quien ha dicho públicamente que con su gobierno los cristianos van a ser “felices y no tienen nada que temer”.
Ted Wilson parece ser uno de ellos. No levanta su voz, porque se identifica con esa “felicidad” o porque tiene miedo a que se “acelere” la persecución contra los adventistas o contra su persona. Mi oración a Dios, es que pueda abrir su corazón al Espíritu Santo, y este le revele su error, sin embargo, puede ser que nunca lo haga, y que Trump logre cambiar la naturaleza secular- laica del gobierno e imponga a la fuerza, su versión particular del cristianismo con el apoyo de los cristianos teocráticos y la inmovilidad de los que quieren evitar conflictos o problemas con el gobierno, para garantizar su supervivencia personal o institucional.
Conclusión
La imposición a la fuerza de un cristianismo teocrático traerá coerción y persecución, particularmente a todos aquellos que, frente al gobierno, y a los cristianos teocráticos levanten el carácter, el fruto del Espíritu, el amor, y la misericordia del Príncipe de la Paz, Cristo-Jesus (Mateo 10:22; 24:9)
¡Esa es la verdadera persecución!
Edison Garcia-Creitoff enseñó ética y comunicación durante 15 años en diferentes universidades de Puerto Rico. Es Trabajador Social, Mediador de Conflictos, abogado (J.D.) capellán laico y Coach Motivacional -Espiritual.