La Iglesia Católica es perseguida
Desde agosto de 2022 hasta la actualidad, se agudizó la persecución contra la Iglesia Católica en Nicaragua. Mientras siguen siendo apresado sacerdotes y obispos que se oponen a los abusos cometidos por el régimen sandinista de Daniel Ortega. La libertad de expresión no solamente está siendo atacada sino ahora la libertad de culto.
Los principales medios de comunicación están haciendo cobertura y documentando la persecución que están sufriendo los católicos en Nicaragua. La BBC de Londres cubrió la prohibición del gobierno de Nicaragua para realizar peregrinación y procesión en Semana Santa: “Ser católico en Nicaragua en este tiempo de persecución es un riesgo”. El País, un medio de España titulaba en enero la noticia como: “Más sacerdotes exiliados y desterrados: la persecución religiosa de Ortega no cesa en Nicaragua”. Y el medio alemán Deutsche Welle (DW) reseñaba: “Ortega estrecha el cerco sobre Iglesia católica de Nicaragua”.
Sin embargo, ningún medio oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la División Interamericana o Sudamérica dedicó una nota alusiva a la persecución contra los católicos en Nicaragua. Pese a que el adventismo afirma tener principios solidos sobre la defensa de la libertad religiosa, abogando por el derecho de todos los grupos religiosos a adorar y vivir según sus conciencias. Pero la Iglesia Católica parece ser una excepción para muchos adventistas.
¿La caída del catolicismo?
Los sociólogos y politólogos están documentando cifras alarmantes de la perdida de miembros que está sufriendo la Iglesia Católica, en bastiones como Latinoamerica. En un artículo publicado en The Economist, titulado “Losing Their Religion: Latin America is Becoming More Secular” [Perdiendo su religión: América Latina se hace más laica], resalta que la membresía católica está disminuyendo, “por un lado en beneficio de la población evangélica, y por el otro, de la población que declara no pertenecer a ninguna religión”.
En el Caribe, Jamaica es un caso interesante, dónde los católicos solo son 2,2% de la población y los protestantes el 64,8%, de este número el 11% son adventistas. Es decir, los adventistas en Jamaica superan a los católicos.
La politóloga Claire Nevache, en su artículo “¿Es cierto que América Latina se está volviendo más secular?”, publicado el 2022, señalo:
Según las cifras del Latinobarómetro, la población católica pasó de representar el 89.4 % de la población en 1996 – prácticamente una hegemonía religiosa– a ser un 52.4 % en 2020 (apenas superior a la mitad de la población). Mientras tanto, la población evangélica pasó de 4.9 % a 26.4 % (superior al promedio latinoamericano) y la población que dice no pertenecer a “ninguna” religión pasó del 1.8 % al 13.1 %, un porcentaje inferior al promedio regional.
Gavin Ashenden, publicó un artículo en el 2022, titulado “The rise of Protestantism in Latin America” [El auge del protestantismo en América Latina]. Lo publicó Catholic Herald, uno de los periódicos más prestigiosos y antiguos de la Iglesia Católica, fundado en 1888. Ashenden, refiriéndose a Brasil el país más grande de Latinoamerica, citó las alarmantes palabras de los especialistas:
El Vaticano está perdiendo el mayor país católico del mundo: es una pérdida enorme e irreversible”, afirmó José Eustáquio Diniz Alves, reconocido demógrafo brasileño y antiguo profesor de la Agencia Nacional de Estadística. Al ritmo actual, calcula que a principios de julio los católicos representarán menos del 50% de la población brasileña […]
Según una nueva encuesta del Pew Research Center sobre religión en 18 países latinoamericanos y Puerto Rico, decenas de millones de latinoamericanos abandonaron la Iglesia Católica Romana en las últimas décadas y abrazaron el cristianismo pentecostal. De hecho, casi uno de cada cinco latinoamericanos ahora se describe a sí mismo como protestante.
El panorama es más caótico en Europa. Kelsey Jo Starr, analista de investigación centrada en la religión en el Centro de Investigación Pew Research Center, dijo:
“En 2010, la proporción de católicos que viven en Europa descendió al 24%. En la actualidad, América Latina acoge a más católicos (39%) que Europa o cualquier otra región, con porcentajes considerables también en el África subsahariana (16%) y la región Asia-Pacífico (12%)”.
Mientras que, en los Estados Unidos, más ciudadanos están abandonando la religión. Como lo afirma Pablo Elie de la Universidad de Georgetown, en un reciente artículo publicado el 29 de mayo de 2023, titulado: “More Latino Americans Are Losing Their Religion” [Más Latinoamericanos están abandonando su religión].
Solo el 18,7% de la población estadounidense se identifica como católicos, mientras que los protestantes superan ampliamente esa cifra. La Asociación de Archivos de Datos Religiosos (por sus siglas en ingles, ARDA) contabiliza más de 26 millones de miembros de iglesias principales y 39.930.869 miembros de iglesias protestantes evangélicas. Los adventistas, solo ocupamos el 0,6% de la población en Estados Unidos.
La realidad desafía nuestras interpretaciones
Si bien hay una disminución sustancial entre los predicadores adventistas, sobre los temas de la persecución, juicio investigador y leyes dominicales, la realidad sigue siendo más complicada. Las estadísticas están demostrando un descenso del catolicismo, lo que explica panoramas como las recientes persecuciones hacia la Iglesia Católica en Nicaragua, y el desafió de los Estados hacia los obispos en otros países de la región.
Pero los adventistas nos rehusamos a reconocer que el catolicismo está siendo perseguido, hacerlo sería dinamitar nuestras ideas acariciadas y paranoicas en muchos casos de que el papado es un poder supremo y global. A fin de cuentas, la ley dominical tiene que ser promulgada por el papado y obedecida por todo el mundo.
Sería terriblemente contradictorio que los adventistas que predecimos que el papado nos perseguirá junto a los poderes terrenales, saquemos una declaración atestiguando todo lo contrario, de que los obispos católicos están sufriendo persecución por parte del Estado. Y peor aún, los adventistas abogando por la libertad religiosa que tienen los católicos, al igual que nosotros. Se supone que el Estado se unirá a la Iglesia Católica e impondrá la supremacía papal.
Pero la realidad desafía nuestras más acariciadas fantasías, sobre el poder ilimitado del papado, los supuestos ejércitos que están bajo su bandera, los portaviones y tecnologías avanzadas que serán usadas contra nosotros los adventistas en la persecución. Incluso algunos pueden pensar que todas estas persecuciones contra la Iglesia Católica son parte de un macabro plan, para ganar adeptos y unir más a las personas con el catolicismo. Sin embargo, no es así, los números no mienten.
¿Cuál sería la reacción hoy de las personas al recibir un Conflicto de los siglos y ver que está sucediendo todo lo contrario? Las personas de afuera solo usarían el sentido común y evaluaran nuestras interpretaciones en base a la realidad que los rodea.
El mundo sigue cambiando
El adventismo en Latinoamerica surgió en un contexto muy particular, cuando la religión oficial y mayoritaria era la católica. Los primeros misioneros debieron enfrentar hostigamientos y persecuciones, también misioneros como Rafael López Miranda y miembros nativos murieron en manos de turbas católicas.[1] Pero, hoy el mundo no es el mismo que el siglo XIX. Los adventistas tenemos libertad religiosa en estas latitudes y su desarrollo no se ha visto interrumpido o amenazado por la Iglesia Católica. Más allá de algún intercambio o discusiones aisladas.
En la época que Ellen White vivió, el catolicismo era el grupo religioso mayoritario en los Estados Unidos. Jenny Franchot en la introducción de su libro, Roads to Rome: The Antebellum Protestant Encounter with Catholicism [Los caminos de Roma: El encuentro de los protestantes ante belinos con el catolicismo], explica que la población católica en 1820 era de casi 200 mil miembros y en 1850 se disparó 1,6 millones de miembros. Con las inmigraciones, especialmente irlandeses y la natalidad hizo que el catolicismo se triplicara entre 1860 y 1890. Para finales del siglo XIX, habían 16 millones de católicos. A esto se debe sumar los intentos en la década de 1880 de legisladores católicos en promover el reposo dominical, los pequeños focos de persecuciones y sentencias extrajudiciales que castigaban a los que trabajaban el domingo.
Pero hoy, la propia realidad social y religiosa está obligando a los predicadores adventistas a adaptarse al momento en el que viven. Así como los adventistas se rehúsan a reconocer las persecuciones que la Iglesia Católica está sufriendo, esto no significa que no estén siendo perseguidos. Del mismo modo, la falta de énfasis en temas de persecución o leyes dominicales en los predicadores adventistas, no se debe a una carencia de espiritualidad, sino a que el mensaje no se ajusta a la realidad que los rodea. Y forzar el entorno solo provocará que las personas no aprecien nuestras propuestas.
Si bien el entorno del siglo XIX en el que las interpretaciones adventistas parecían lógicas, dado el contexto social y religioso donde predominaba el catolicismo, hoy ya no parecen muy lógicas. Solo el tiempo determinará cuanto duraran nuestras teorías sobre el papado y su ausente poder global. Lo único cierto es que los énfasis siguen perdiendo fuerza a medida que el mundo cambia su escenario.
Por supuesto el adventismo no surgió del vacío, pero tampoco el movimiento apareció por las leyes dominicales o la supremacía papal. La identidad adventista del séptimo día está en su nombre, el resto es añadidura.
[1] En Colombia se registraron varios casos de los martirios adventistas, ver Wilma Ross Westphal, Soldados de la cruz: Emocionante historia de los comienzos del adventismo en Colombia (Mountain View, CA: Pacific Press Publishing Association, 1976), 88-94, 120-121. En la década de 1930, los católicos arengados por sus párrocos y sacerdotes, asesinaron a adventistas. Los primeros mártires fueron la pareja de esposos Mardoqueo y Josefina Prada, asesinados un sábado 23 de octubre de 1937, por una turba. Otros mártires fueron cuatro niños en Tolima, quemados en un solar, en un asalto de católicos contra una aldea protestante. Los niños murieron cantando himnos. Paradójicamente la Iglesia Adventista en Colombia no ha levantado un museo, preservado las casas originales, para preservar la memoria de estos primeros mártires adventistas.
Daniel A. Mora, es el editor para AToday Latinoamérica.
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