Iglesia Adventista en Argentina se declara culpable de contrabando
El 24 de mayo de 2023, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 5 de San Martín, Buenos Aires, emitió autos y visto “para resolver en el presente incidente de falta de acción formado en el marco de la causa FSM 42199/2016/TO1/22 (RI N° 3912)”. En un proceso que inicio en julio de 2016, cuando Aduana detectó en Zárate dos contenedores procedente de los Estados Unidos con artículos electrónicos de alta gama disfrazados como “donación” para evadir impuestos.
La resolución de 25 páginas, a la que tuvo acceso especial el equipo de Adventist Today [para ver el documento dale Clic Aquí], muestra los alegatos plasmados por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de la Argentina contra los dirigentes de la Iglesia Adventista . Y los presuntos implicados en el proceso. Tal como el contrabando de equipos electrónicos sin declarar.
Además, la resolución contiene los informes de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Ya que hubo insumos médicos caducados y desechos sanitarios, considerados peligrosos:
“…al llevarse a cabo la verificación de la mercadería que los incusos pretendían introducir al país con fundamento en una donación simulada -efectuada por ADRA (“Adventist Development and Relief Agency International”) a la AAASD (“Asociación Argentina de los Adventistas del Séptimo Día”)-, no sólo se hallaron productos electrónicos comprados en el exterior (EEUU) que nunca habían sido declarados como tales, sino también “…una enorme cantidad de productos e insumos médicos, desechos clínicos y material de la misma especie vinculados a la medicina animal y humana, usados, en mal estado, sin la correspondiente fecha de fabricación, no autorizados por el ANMAT, contraviniendo de este modo el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación…” (pp. 16-17)
El valor de los equipos electrónicos y de alta gama fueron en total de U$D 991,000, mientras que otros equipos no declarados y encontrados en los dos contendores estaban valorados en total por U$D 396,400. La Universidad Adventista del Plata sería el destino. Sin embargo, la donación venía a nombre de la “Asociación Argentina de los Adventista del Séptimo Dia”.
Los abogados de la Iglesia Adventista en Argentina, interpusieron recursos para solicitar la cesación de la causa, amparados en el Artículo 10 de la Ley N° 27.541
“-según Ley N° 27.562-, cuyo segundo párrafo establece que “La cancelación total de la deuda en las condiciones previstas en el presente régimen, por compensación, de contado o mediante plan de facilidades de pago producirá la extinción de la acción penal tributaria o penal aduanera, en la medida que no exista sentencia firme a la fecha de cancelación.”.”
Según explicaron fuentes internas a Adventist Today, la Iglesia Adventista pago las deudas a la AFIP, por conceptos de impuestos aduaneros que intentaron ser evadidos en 2016, y las multas resultantes del contrabando. El monto habría sido de U$D 100,000 y pagado durante la pandemia del Covid-19. Fuera de los gastos y honorarios de los abogados.
La maniobra de los abogados contratados por la Unión Asociación Argentina se enfocó en evitar bajo cualquier circunstancia que la Iglesia Adventista fuera a un juicio, y que el Poder Judicial de la Nación tuviera acceso total a las finanzas y el aparato organización, que pudiera involucrar no solamente a la Iglesia Adventista en Argentina, sino también a la División Sudamericana y la Asociación General. En vez de enfrentar un proceso judicial para probar la inocencia, la Unión Argentina decidió aceptar las multas por el delito de contrabando, así como el pago de los aranceles aduaneros correspondientes.
El cargo de contrabando
A mediados de 2016, los principales medios de comunicación en la Argentina, dieron cobertura al escándalo y también a los arrestos de los principales dirigentes de la Iglesia Adventista: Carlos Ursus Gill Kru, presidente de la Unión, Carlos Daniel Gimenez Graf, el tesorero y Roberto Osvaldo Giaccarini, director de ADRA. Las oficinas de la Unión y la Asociación Bonaerense fueron allanadas por agentes de la Policía Federal Argentina (PFA). También agentes de Gendarmería y PFA ingresaron a la Universidad Adventista del Plata para incautar equipos y arrestar a Oscar Ramos, Rector y De Sousa Matías, Vicerrector Financiero en ese entonces y principal sospechoso. Así como allanamientos a otras dependencias de la Iglesia Adventista.
Los fiscales probaron que las “donaciones” fueron realizadas mediante ADRA. Gabriel Di Nicola, quien reportó la situación para el periodo La Nación señalo: “Supuestamente se trataba de equipamiento electromecánico hospitalario, pero en realidad era un contrabando de productos de electrónica de alta gama y de una operación de importación, que se encuentra prohibida, de productos farmacéuticos y de la medicina nuevos y usados”.
La resolución judicial de 2016, a cargo del juez Adrián González Charvay, detallo las operaciones fraudulentas en las que habría incurrido la Iglesia Adventista,
“al dificultar, mediante ardid y engaño […], y haciendo uso de autorizaciones especiales y certificaciones expedidas contraviniendo las disposiciones legales […] con el fin de obtener, respecto de la mercadería que se intentó importar, un tratamiento aduanero o fiscal más favorable al que correspondiere y mediante la presentación ante el servicio aduanero de documentos adulterados necesarios para cumplimentar la operación”.
Foto: De Sousa Matías siendo conducido por agentes de la Policía Federal Argentina, 2016
En las investigaciones a cargo de la Policia Federal Argentina se revelaron conversaciones del celular, secuestrado por las autoridades en los allanamientos, de De Sousa Matías, Vicerrector Financiero de la UAP y principal sospecho, le habría dicho a un contacto suyo: “No para que lo comentes, pero por ahora estamos mal, nos bajaron todo y hace tres días que están abriendo cada caja. Sigan orando”.
Cuatro días después de ese llamado, De Sousa Matías recibió el mensaje de una mujer de su entorno con una sugerencia un poco inusual: “Pastor, ¿no habrá algún político influyente con el que se pueda hablar?“. “Buena idea“, respondió: “Estamos viendo lo del político influyente“.
Explicaciones que no se han dado
El 19 de febrero de 2017, el pastor Gill Krug, presidente de la Unión Argentina, se dirigió a las iglesias mediante un video explicando [aunque luego fue eliminado de la página oficial de la Unión], que apelarían la medida judicial en ese momento, porque era “imprecisa, tiene omisiones y hay exageraciones”. También informó de la renuncia de Rector y Vicerrector Financiero de la UAP, para facilitar las investigaciones. Krug además dijo que la División Sudamericana hizo,
“una comisión, incluso ajena a nosotros aquí en Argentina, es una comisión extraordinaria que organiza la División Sudamericana y que tiene como objetivo analizar los procesos internos de la Unión. Para establecer posibles errores, subsanarlos e incluso evitar problemas futuros a la iglesia. Ahora, la iglesia debe y está interesada en esclarecer esta situación, porque es la única manera en que Dios puede bendecirnos. Es la única manera en que la comunidad puede confiar en nosotros”.
Fuentes internas, explicaron a Adventist Today que esta Comisión por la verdad nunca existió y hasta la fecha la Iglesia Adventista en Argentina no ha dado ninguna explicación a las iglesias locales. Pese a que el proceso judicial contemplo “sobreseer” a los últimos particulares sujetos de investigación y “cesar” las restricciones en mayo de 2023.
Si bien los principales dirigentes de la Unión Argentina renunciaron después de febrero de 2017, fueron reubicados discretamente en otros puestos fuera de Argentina, mientras que otros fueron jubilados. Pero la realidad es que el trato que la organización adventista otorga a los administradores, no es coherente con las realidades de las iglesias locales.
Marcos Pesaggi, corresponsal para Adventist Review, publicó un artículo el 23 de febrero de 2017, titulado: “Ante proceso judicial, líderes adventistas de Argentina prometen un nuevo comienzo”. Informando que también los líderes de la Unión Argentina habían renunciado, pero también repitió el comunicado de la División Sudamericana:
“En un comunicado oficial, la Iglesia Adventista de Sudamérica reiteró su compromiso para fomentar la rendición de cuentas y hacer todos los cambios que sean necesarios para prevenir similares situaciones tan desafortunadas en el futuro. La Iglesia de Sudamérica también ha enfatizado que, de acuerdo con sus valores, no tolerará irregularidades de ningún tipo de ilegalidad”.
Lamentablemente, en vez de fortalecerse la transparencia y rendición de cuentas, la Iglesia Adventista en Sudamérica siguió el camino del olvido, suponiendo que el cambio de los administradores por otros “nuevos” y el silencio permitirá a la Iglesia recuperar su credibilidad. En vez de fortalecer la participación y fiscalización de los laicos como constituyentes en los diferentes niveles como Asociaciones y Uniones, la División Sudamericana sigue privando a los laicos de esta autoridad representativa.
Los problemas difícilmente puedan ser solucionados por las entidades que los crean. La actual situación en Sudamérica, solo puede superarse con la fiscalización imparcial y profesional, tanto por los laicos y profesionales que no son controlados por la organización. Sin la participación y control de los constituyentes, no se logrará la transparencia. Llego el tiempo de limitar las libertades y control a los administradores en todos los niveles de la organización adventista.
Daniel Mora is the Adventist Today’s editor for the Latin American region of the Seventh-day Adventist Church.