El problema con las expectativas del fin del mundo
¡Se acabó el 2023!
Siempre que nos acercamos al final de un año y empezamos uno nuevo, la gente publica comentarios sobre el año pasado y hace predicciones para el siguiente. Algunos expresan preocupaciones. Otros ofrecen deseos esperanzadores.
En los foros de los medios sociales adventistas, y en muchas iglesias, los creyentes renuevan su convicción de la inminente venida de Cristo. No tienen ninguna duda de que las señales de los tiempos se están cumpliendo, y los últimos acontecimientos están cerca. Yo suelo mantenerme callado en estas discusiones, porque no soy Dios, y no sé cuándo tendrán lugar los últimos acontecimientos.
Por supuesto que me alegraría conocer finalmente a Jesús. Sin embargo, no me siento cómodo en estas conversaciones fatalistas, y tengo que admitir que no comparto sus creencias de caos.
Durante mucho tiempo, dudé en expresar mis opiniones sobre la escatología adventista. Pero he decidido que algunas personas pueden beneficiarse de mi explicación pública de por qué no hablo de la inminencia del fin de los tiempos.
La verdad sobre los textos
En la Iglesia Adventista rara vez oigo a los predicadores explicar las declaraciones de Jesús sobre las señales de su venida. Tomemos por ejemplo Lucas 21:8. Los predicadores adventistas pasan por alto, o posiblemente se confunden, cuando leen que Jesús dijo:
¡Cuidado! No se dejen engañar. Muchos vendrán y se harán pasar por mí, diciendo a la gente: “Yo soy el Mesías”, o “Ya ha llegado la hora”. Pero no les hagan caso.
Lo primero que Jesús advierte es que no hay que seguir a los que proclaman el acercamiento de la venida de Cristo. Jesús continúa (vs 9):
Ustedes oirán que hay guerras y revoluciones en algunos países, pero no se asusten. Esas cosas pasarán, pero todavía no será el fin del mundo.
Hay guerras a nuestro alrededor. Hay una guerra en curso en Ucrania, y otra en Israel. El ruido de la guerra es inquietante, y los hermanos y hermanas adventistas que me rodean lo llaman otra señal de los tiempos: una señal de la inminente venida de Cristo. Aquí Jesús advierte contra tomar las guerras como una señal del fin de los tiempos, aunque muchos adventistas leen este texto exactamente al revés.
Antecedentes históricos
En mi juventud me interesaban mucho las publicaciones regulares adventistas en Letonia de los años treinta. Dos revistas –Adventes Vestnesis (Heraldo adventista) y Musu Laikmets (Nuestro tiempo)- atrajeron mi atención. Leí en ellas las preocupaciones adventistas sobre los acontecimientos previos a la Segunda Guerra Mundial.
No dudaban de que había señales visibles del principio del fin. En Hitler y Stalin veían los contornos del Armagedón. “¡Prepárense, el tiempo está cerca!” fue el mensaje que llegó a los adventistas de Letonia en aquella época.
Hoy tendemos a pasar por alto la historia más amplia del cristianismo. Pensamos que después de leer el libro El Conflicto de los Siglos sabemos todo sobre la historia, incluso más que otras personas.
La realidad es que la autora del libro sólo resume algunos acontecimientos históricos, mientras que pasa por alto el panorama general de cómo se esperó el regreso de Cristo en el transcurso de 2.000 años. Sabemos que en cada generación los cristianos veían los acontecimientos mundiales y trataban de interpretar algunos como señales del fin de los tiempos. Proclamaban con mayor o menor regularidad la inminente venida de Cristo.
Jesús, sabiendo que sus seguidores predicarían los mensajes del fin de los tiempos -no sólo alarmándoles, sino a veces incluso decepcionándoles-, comenzó su explicación del fin de los tiempos con la advertencia: “¡No los sigan!”
No aprendemos de la historia
Un texto en particular de la Biblia nos hace sentir miedo de pensar en este tema como yo lo hago. Pedro escribe (2 Pedro 3:3-4, R60):
[…] en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen, así como desde el principio de la creación.
El pasaje nos infunde el miedo de que nosotros mismos seamos la señal del fin de los tiempos. Quizá por eso aceptamos sin sentido crítico toda predicación de los mensajes del fin de los tiempos, por muy defectuosos que sean esos mensajes.
Pero quizás deberíamos dedicarnos a un estudio más detallado de las Escrituras, incluyendo la advertencia de Pedro contra los burlones.
A veces decimos que debemos aprender de la historia: “Los sabios”, decimos, “aprenden de sus errores”. Tristemente, me temo que muchos adventistas no estamos aprendiendo de nuestros errores. Seguimos predicando los mensajes del fin de los tiempos en la forma en que siempre lo hemos hecho. En particular, ignoramos la era posmoderna tardía, el marco temporal de mis más de 50 años, durante el cual he oído a adventistas referirse a Mijaíl Gorbachov y el colapso de la URSS, la invasión iraquí de Kuwait y muchos otros acontecimientos como señales definitivas del fin de los tiempos. Calcular continuamente los acontecimientos proféticos del fin de los tiempos parece haberse convertido, para algunos creyentes, en la medida de la fe. Y así continúa, de generación en generación.
Siempre he tratado de leer atenta y críticamente las señales de los tiempos dadas por Jesús y por Ellen G. White, especialmente después de comenzar mi trabajo como periodista. ¿Hasta qué punto, me preguntaba, se han cumplido las señales del fin de los tiempos? Me desanimé cuando empecé a darme cuenta del problema de la escala de tiempo: que se necesitarían varias generaciones incluso para empezar a iniciar los acontecimientos que Elena de White menciona en sus escritos.
Nuestra ansiedad sobre el fin de los tiempos proviene de que los adventistas no tenemos más que un conocimiento superficial y una mala interpretación de los acontecimientos que tienen lugar a nuestro alrededor. Sacamos conclusiones de nuestras propias interpretaciones defectuosas, ignorando el panorama más amplio.
Bastaría con mencionar una sola señal enfatizada por el mismo Jesús: “es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.” (Marcos 13:10). Aunque la Biblia se ha traducido a muchos idiomas, todavía hay cientos de lenguas en las que no está disponible. Aunque el mensaje de Cristo se predica en muchos países, hay países en los que no hay iglesia cristiana. Por supuesto, se pueden analizar los datos de otra manera, pero parece evidente que miles de millones de personas siguen sin saber nada de Cristo Salvador.
El consejo de Jesús a los adventistas
Algunos dicen que los acontecimientos sucederán rápidamente. Que así sea. Me alegraría conocer por fin a Jesucristo en persona. Pero no calcularé el momento de su segunda venida ni predicaré sobre ello. Prefiero seguir la advertencia de Jesús e ignorar a tales predicadores. En cambio, seguiré el consejo de Jesús:
“Del mismo modo, ustedes deben estar atentos y preparados, porque yo, el Hijo del hombre, llegaré cuando menos lo esperen”. (Mateo 24:44, LTA)
Por alguna razón interpretamos este texto en el sentido de que vendrá cuando el mundo no espere su regreso. Pero eso no es lo que dice Jesús. Él se dirige a sus discípulos. Dice que vendrá cuando no lo esperemos. ¿No es una paradoja?
Ahora mismo estamos esperando su venida, ¡y eso mismo resulta ser una señal de que todavía no viene! ¡Volverá cuando nuestros cálculos no indiquen que vendrá pronto! Jesús nos invita a estar siempre dispuestos a encontrarnos con Él, independientemente de lo que ocurra a nuestro alrededor.
Hace poco leí acerca de un pastor bautista en Estados Unidos que realizaba una encuesta. Sólo hizo dos preguntas:
Primero: si supieras que el próximo viernes te encontrarás con Cristo, ¿qué harías? Segundo: si Dios le hiciera una promesa como la que le hizo al rey Ezequías, de que con toda seguridad viviría otros 15 años, ¿cómo afectaría eso a su vida?
Tras la encuesta, el pastor llegó a la conclusión de que la gente de su congregación se divide en dos grandes grupos: uno se vería muy afectado por esta noticia, el otro grupo casi nada.
¿Cuál de los dos grupos crees que está preparado para recibir a Jesús?
Aidis Tomsons trabaja como periodista para la radio y la televisión de Letonia, dirigiendo programas sobre acontecimientos políticos e internacionales.