3ABN Involucrada en un litigio de terrenos
Un trabajo de investigación periodística en colaboración con Spectrum y Miami Herald detalla el conflicto legal y financiero entre el coronel retirado del ejército estadounidense David Lawrence Adderley y Three Angels Broadcasting Network (3ABN). David Adderley, ciudadano con doble nacionalidad de Estados Unidos y Bahamas, era el beneficiario de una propiedad heredada de generación en generación en Long Island, Bahamas, que había sido adquirida a lo largo del tiempo por su abuelo para regalar las tierras entre sus 12 hijos.
Adderley, adventista de toda la vida y fiel espectador de 3ABN, pensó que donar uno o dos campos a la organización no sólo era una forma de ministerio, sino también una forma viable de reducir impuestos con un posible flujo de ingresos. El resultado fue un fideicomiso benéfico irrevocable, o CRUT (Charitable Remainder Unitrust), que colocaba a 3ABN como fideicomisario y despojaba a Adderley y al resto de su familia de todos los derechos y acceso al terreno. El CRUT está diseñado para ofrecer un flujo de ingresos al donante; sin embargo, el terreno no generaba ingresos. Además, el terreno es una propiedad privilegiada frente al mar, con un valor de entre 23 y 35 millones de dólares. Los familiares de Adderley creen que 3ABN no pagó lo suficiente por la propiedad para dejarla sin explotar y oculta tras carteles y vallas que impedían cualquier ingreso.
El acuerdo original comenzó en julio de 2011, y siete años más tarde Adderley trató de anularlo, argumentando que, debido a su ceguera legal, 3ABN le engañó, lo que llevó a que los iniciales uno o dos hectáreas se convirtieran en nada menos que 400 hectáreas en forma de robo civil y explotación de una persona mayor. La demanda en su conjunto fue desestimada por un juez de distrito de EE.UU., aunque se mantuvieron algunas reclamaciones menores contra 3ABN.
El caso presenta múltiples complejidades y ambas partes deben alegar negligencia. 3ABN no actuó con la diligencia debida para comunicar la cantidad de terreno adquirido y no ha construido la propiedad como se esperaba, lo que podría haber generado ingresos para el donante. Adderley, a pesar de los ánimos de 3ABN, no contó con un abogado para el intercambio original y, debido a su ceguera, podría no haber leído los documentos legales. Además, muchos de los familiares de Adderley contestan que no tenía derecho a donar el terreno, ya que un pariente aún trabajaba y vivía en la propiedad. En marzo de 2023, 3ABN presentó una petición ante el Tribunal Supremo de la Commonwealth de Bahamas en virtud de la Ley de Quieting Titles de 1959. La petición concedía 30 días para presentar una reclamación a cualquiera que creyera tener un derecho legal sobre la propiedad, lo que permitía al pariente reclamar. La vista está prevista para octubre de 2024.
En última instancia, la familia Adderley está desolada por el hecho de que la tierra y la riqueza generacionales hayan terminado con la pérdida de la propiedad, rompiendo un largo y orgulloso linaje para la familia.