Crónica de una Distopía Anunciada
El presidente de los Estados Unidos cada vez va más lejos en la construcción de un nuevo orden político, comportándose como el faraón egipcio que endureció su corazón, sin misericordia y compasión al prójimo (Éxodo 7:13-14; 8;15, 32).
Continúa creando las condiciones para ignorar leyes aprobadas por el Congreso, menospreciando las decisiones de los Tribunales que le son adversas, y menoscabando derechos constitucionales.
Paralelamente ha desarrollado una ofensiva del Estado -Gobierno contra los programas de diversidad, equidad e inclusión, (DEI) que considera discriminatorios e impuestos contra los hombres “blancos”. Cualquier tolerancia a proveer acomodo razonable o acciones afirmativas para igualar o evitar la discriminación, especialmente la racial promueven el “racismo anti-blanco”.
Eso explica porque deroga a través de una orden ejecutiva las secciones de la ley relacionadas con la protección contra la discriminación en el empleo, pretendiendo que se regrese nuevamente al estado de derecho en el que la discriminación racial en el empleo era legal en los Estados Unidos. Hay motivos fundados para creer que hará lo mismo con respecto a la educación.
Un gobierno con tres intensiones manifiestas:
- La intención de retornar al pasado de la América WASP (White Anglo Saxon Protestant) defendiendo los valores tradicionales de la sociedad “blanca” rechazando la influencia de cualquier raza, etnia, nacionalidad o cultura ajena, a cualquier precio.
- Declarar la diversidad, la equidad, y la inclusión una conducta socialmente rechazada por el Estado- Gobierno y fuera del marco de la ley. Algo que es contrario a la democracia.
- La utilización de la fuerza contra aquellos que desafíen la imposición de la nueva política pública.
En ese contexto, hay que analizar los últimos acontecimientos sucedidos en los Estados Unidos.
Cerrar, reprimir las universidades elite (Ivy League)
La historia demuestra que los dictadores para lograr sus propósitos atacan a las Universidades para intimidar, amedrentar a los disidentes, eliminar espacios de debate e investigación que puedan desafiar su autoridad, y controlar la educación de la población. Es importante mencionar que las cátedras y currículos que discuten o investigan en las universidades, el problema del racismo sistémico y sus efectos sociales, legales, políticos y culturales están siendo prohibidos y cancelados, violentando la libertad de expresión y de consciencia.
La universidad es vista como un lugar donde se promueven ideas críticas, se fomenta la libertad de pensamiento y se forman líderes, lo cual resulta amenazante.
Por lo que es lógico que una universidad con una tradición democrática, de libertad académica liberal, como la Universidad de Harvard, que promueve el debate y que puede generar oposición a la política del presidente, sea una piedra de tropiezo y justifique una ofensiva para el cierre, el estrangulamiento económico de la institución y la expulsión de los estudiantes extranjeros. Todo ello respaldado por una narrativa de que tiene que hacerlo porque los estudiantes participaron en una protesta contra Israel el año pasado y porque en Harvard se promueve una agenda “woke.”
La represión anti – inmigrante
La supremacía blanca se siente tan amenazada por la gran cantidad de latinoamericanos en USA, que ha trascendido la narrativa original de que las deportaciones solo serian aplicable a los inmigrantes ilegales y ha realizado cambios en las políticas de inmigración, con anuencia presidencial.
Ciertamente han ido en contra de sus declaraciones originales, y ahora se habla de deportaciones masivas – aceleradas. La policía del Servicio de Inmigración (ICE) (usando mascaras o pasamontañas) ha realizado persecuciones y arrestos en las granjas agrícolas, en lugares donde trabajan inmigrantes como obreros de construcción; arrestos a inmigrantes con residencia permanente (“Green Card”), o a los que se han presentado a sus Vistas rutinarias en el Depto. de inmigración o en el Tribunal. Se han ampliado la facultad de ICE para que realicen arrestos en escuelas, hospitales iglesias y Tribunales.
Los recientes acontecimientos desatados en las principales ciudades de los Estados unidos, particularmente en Los Ángeles, California, por inmigrantes y diferentes sectores de la sociedad civil, que se han lanzado a las calles a desafiar la política racial anti -inmigrante; la movilización de la Guardia Nacional y los “marines” para reprimir las protestas es un presagio de que la sociedad democrática tal como la conocemos sufrirá camios y será sustituida…
¡La ficción se convierte en realidad!
Interesantemente la ciencia ficción ha pronosticado en el futuro una sociedad opresiva y autoritaria que desmantela la democracia liberal como la conocemos. Esa visión del futuro se le llama distopía.
¿Qué es una distopía?
Una distopía, segun enciclopedia online, es una posible sociedad futura con características negativas, como represión, manipulación de la información, contaminación, conflictos bélicos, gobiernos autoritarios. Se presenta un mundo imaginario o futuro donde la Sociedad está dominada por opresión y sufrimiento humano.
¿Vivimos ya en una distopía?
El establecimiento de un gobierno autoritario a través de un presidente que busca controlar, restringir, abolir actitudes y creencias relacionadas con la libertad de expresión, la diversidad, la igualdad de género, los derechos sexuales, reproductivos, los derechos LGBTI+, que menosprecia la disidencia política; que declara que hay una insurrección y moviliza la guardia nacional; que amenaza con encarcelar al gobernador de California; que desea y quiere eliminar los espacios democráticos de debate; controlar la educación y las universidades; expulsar a los inmigrantes y desaparecerlos de Estados Unidos de manera acelerada; que expresa abiertamente que la prensa es enemiga del pueblo, exhortando a fiscales federales y agentes del FBI, a tomar represalias contra quienes escriben “”cosas malas”” acerca de sus gestiones como presidente ; que alega “desconocer si existe una separación entre la iglesia y el Estado, que deberíamos olvidarla por un momento”, que quiere hacer un desfile militar con miles de soldados , tanques, helicópteros, Humvees, causalmente el día de su cumpleaños; que no va a permitir potestas a la actividad y que crea una Comisión de Libertad Religiosa para investigar y presentar estrategias para eliminar las “amenazas a la libertad religiosa”.
Conclusión
Ante nuestros ojos están las señales que indican, previenen y anuncian una distopía. Se está construyendo y desarrollando un modelo autoritario de gobierno, que coexistirá con un cristianismo dirigido por el Gobierno.
Haciendo excepción de los cristianos nacionalistas, que apoyan incondicionalmente al Movimiento MAGA y el culto a la personalidad del Presidente, el resto de los cristianos, se mueven como un péndulo entre los que están bajo el efecto inhibidor del miedo, los conformes, que se mantienen en silencio o pasivos en las Iglesias, porque no se sienten personalmente afectados y los que están “abrazados” a su teología o a sus doctrinas, sin mostrar apoyo en los pulpitos, plataformas o altares, ni hacer acciones afirmativas de solidaridad hacia los perseguidos y humillados.
Me parece que hay un sector del cristianismo (incluyendo a los cristianos teocráticos) que validarían la distopia, por las razones particulares, de que se sienten confundidos con el mundo secular, desilusionados, frustrados con las demandas y la complejidad de la vida moderna, no comprenden los procesos sociales históricos, políticos, el desarrollo de la tecnología, la globalización, el calentamiento global. Están aterrorizados por las vacunas, las pandemias y la complejidad de la existencia que les ha tocado vivir.
Todo ello, les hace sentir miedo, angustia e inseguridad ante esta sociedad post – moderna, vulnerables a buscar la seguridad que brinda una figura autoritaria, que promete protección y preservación de sus valores, creencias, orden y estabilidad frente al caos que experimentan, colocando su fe en una persona y prefiriendo un gobierno con métodos totalmente deshumanizados, ausentes de misericordia y compasión.
Edison Garcia-Creitoff enseñó ética y comunicación durante 15 años en diferentes universidades de Puerto Rico. Es Trabajador Social, Mediador de Conflictos, abogado (J.D.) capellán laico y Coach Motivacional -Espiritual.